viernes, 10 de noviembre de 2006

LA CORAZONADA

Tras una semana realmente muy extraña, que enseguida estaré explicando, esta noche viajaré sola hacia Villa La Angostura, que según sus propios habitantes es “El Pueblo Más Hermoso del Mundo”.

No es que se hayan adelantado mis vacaciones, de hecho estoy más complicada que nunca con los horarios, pero siento que estas cosas son las que definen quién querés ser en la vida.

Viajo por una corazonada. Y porque queda poco tiempo.

El motivo del viaje es el de encontrar a una anciana (muy similar a mi abuela muerta antes de que yo naciera) con la cual sueño insistentemente hace casi un mes.

En los sueños ella me dice que no le queda mucho tiempo, que vive en Villa La Angostura y que la vaya a ver porque me quiere conocer y porque tiene algo muy importante que contarme.

Cuando por sexta o séptima vez soñé con ella tuve algunas certezas y algunas dudas.

La certeza: Que no era casual esa repetición de la misma secuencia onírica y que algo estaba pasando ahí.

La duda: Que tal vez lo había soñado una sola vez y lo que se me repetía en verdad cada mañana era el recuerdo de ese sueño.

Buscando fotos en casa de la abuela Vicenza (madre de mi madre) encontré apenas dos o tres fotografías que hacía mucho tiempo que no veía y que sin embargo eran las mismas que se encontraban en casa desde siempre. Estaba más joven de lo que yo la recordaba, y en alguna teníamos ahora la misma edad, no sé por qué yo tenía solo ésas.

Llamé a mamá y le dije que quería ver todas las demás fotos de la abuela y que iba a pasar por allá a buscarlas.

Mi repentino interés por la figura de la abuela generó algunas cuántas preguntas de mamá y del resto de la familia, entonces los junté a todos (para contarlo una sola vez) y les relaté el sueño recurrente: “Una anciana parecida a la abuela Vicenza pero con más edad que la que tenía la abuela al morir, me dice que le queda poco tiempo, que tiene algo muy importante que contarme y que la vaya a ver a Villa la Angostura”

Cuando dije Villa la Angostura mamá se puso pálida y luego comenzó a llorar. Nadie entendía nada hasta que entre sollozos nos explicó que la abuela unos días antes de morir estaba planeando un viaje a Villa La Angostura con otras dos viudas amigas de ella.

En ese momento decidí mi viaje. Decidí quién quería ser en la vida.

Y no tuve más dudas cuando mamá me dijo que el 14 de noviembre es el aniversario de su muerte y que hoy es 10.

“Claro, le queda poco tiempo” pensé.