jueves, 21 de septiembre de 2006

HOY EMPIEZA EL OTOÑO

Hoy empieza el otoño, ya la melancolía me empieza a golpear desde el tintero profundo como un pasado que no se recuerda.
Estoy sola en una vereda de Barcelona esperándote y fumando.
Tengo una carta que anoche te escribí junto al pasaje de Aerolíneas para dentro de cinco horas.
Todavía tengo que ir a lo Xixe a buscar la valija y no tengo ganas.
Todos los hombres se te parecen en esta esquina, me miran llorar y les doy miedo. Enciendo un cigarrillo con otro, arrugo el pasaje 38 F (atrás del ala, todavía lo guardo) arrugo el paquete vacío, arrugo mi cara y me destiño en maquillaje europeo para prostitutas viejas.
El otoño asoma detrás de la Sagrada Familia con la última canción del verano, que ahora es la marcha fúnebre de estos días.
Xixe me espera con una sonrisa y cree que yo lloro por tener que volver a la Argentina. Fumamos chocolate “para que el viaje sea más leve, y entiendas lo que ves a once mil metros de distancia” me dice mientras estaciona su peugeot en el aparcamiento del aeropuerto.
"Nos vemos el próximo verano en Argentina" pero nunca más volví a ver a Xixe porque su corazón le dijo basta luego de una raya de más en una navidad de menos.
Al hombre que esperaba en aquella esquina lo encontré seis años después, en otra esquina.
Recuerdo que le dije:
- Mirá que linda está Barcelona, que lindo estás vos, que linda estoy yo…que hermoso final de verano, soy tan feliz con vos, quisiera que nunca termine este día. – era invierno, yo era otra persona y estábamos en un bar gris de Buenos Aires.